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Cuento

Cuento La riqueza de unos pocos



Todos los sueños de un hombre se encuentran en una mujer, así repetía el padre de Juan de la Vega antes de morir. Su muerte significó la ruina de Juan y un hombre cuando pierde su riqueza también pierde su honra y un poco de vida. Las autoridades estaban ansiosas por aquel momento, ya que las ganas de poner las manos en la mansión y las tierras de los De la Vega eran gigantescas. El pretexto perfecto ocurrió a la semana del mortal hecho, la violación y asesinato a una jovencita por un delincuente recurrente, terminó por inculpar a Juan y condenar su destino."Niño… corra…. que lo vienen a buscar", gritaba Marta, la sirvienta que lo crió.

El joven vivía en el Perú post colonial, donde la grandiosidad de los reyes no quería fallecer. La gloria se ganaba con un castillo y cualquier pequeño rey que se derrumbaba hacía surgir un nuevo cuervo que le quitaba lo suyo. Ese día el joven corrió hasta trasformarlo en noche, el sudor se volvió desesperación y las piernas lo guiaron a un puerto. Primero un bote, luego un barco, todo era eficiente para llegar a otro mundo que no lo acosara. Uno de los cuantos muertos de hambre del Glory, le explicó que la embarcación se dirigía a Mejillones, el único lugar por esos lares donde no preguntaban de donde venías, ni a cuantos mataste. Era un yacimiento de guano donde la paga era decente y podías vivir en paz. Avistaron la pequeña fuente de trabajo cuando el sol se puso más caliente que siempre y el cansado peruano pisó arena. Después de dos semanas Juan se dio cuenta que la escala evolutiva era primero los gringos, luego los chilenos y finalmente los peruanos, indios y bolivianos. Pero no todo era tan malo, Juan, por su buena crianza, se hizo de un amigo que denominaban el "Chango Rojas", por su locura de conquistar estos territorios y hacerse rico, algo insólito para los obreros que sólo estaban acostumbrados a ser burros de carga. Después del duro trabajo algunos hombres bajaban donde los pescadores. Allí estaban las putas, el alcohol y la libertad. Rojas y el "Cholo blanco" como denominaban a De la Vega, fueron a disfrutar de la vida después de mucho tiempo. Pero el Cholo encontró el alcohol más peligroso del mundo, una mujer. Era la puta más seductora del lugar su piel tostada relucía sus dientes y los estropajos que vestía transformaban su cuerpo en un fuego más allá de la seducción.

El sabía que la mujer era comprable pero la independencia era invaluable, porque era puta, porque el era pobre y una puta pide un imperio. Esa noche el vivió un poco de ese imperio hasta el amanecer, luego el Chango y Juan caminaron delirando por la bahía "hermano yo te ayudaré a crear tu imperio", balbuceaba el Cholo.

Cuando los amigos juntaron el dinero suficiente para comprar provisiones, viajaron a Antofagasta, lugar que el Chango conocía muy bien. Miraron …enterraron sus manos hasta que el grito de "lo logramos" cruzó el cielo, era cobre era los cimientos del imperio. Juan viajo a Mejillones a buscar obreros y el Chango partió a Bolivia a conseguir capital. Luego de unos meses el dinero brotaba por el ambiente, Juan volvió a Mejillones con el fin de buscar a su emperatriz. Pero la encontró en el imperio del cual ella hablaba y que Juan nunca entendió donde los castillos eran humanos de 5 años y las riquezas era la aceptación. Porque Juan siempre fue hijo del dinero, de la moral. Ese día hundió sus pies en la arena y el pecho en mar, el sol se ennegreció y luego retomó con un infierno de amanecer. El Chango encontró al Cholo con neumonía y se lo llevo, mientras agonizando decía: Todos los sueños de un hombre se encuentran en una mujer…

BIKUTA

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