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nuesto dolor

Ayer, fui sometida, dominada, sumisa, esclava, amedrantada, insultada, humillada, prostituida, violada, golpeada, castigada, en definitiva... maltratada.

Salí a la calle y no me prestaron atención, hablé con el miedo en la boca y nadie me escucho.pedi ayuda y me ignoraron.sangraba y nadie me curo.
Perdida y hambrienta,deambule,como un gato en la noche,llamando a mil puertas que no me abrieron..
Acudí a los gobiernos.estaban ocupados en cosas más importantes; las guierras,la economia,el politiqueo apócrifo.

Implore a los sumos,a los altos , a los hombres que nada saben del dolor de ser mujer y la ley con sus leyes me dieron la espalda porque no se dignaron a mirarme a los ojos.
Rogué al DIOS infinito y me contesto con su silencio.

Presa de una desesperación apoteósica me derrumbo la impotencia y me golpee con la incomprensión.
Más la valentía y la constancia de una mujer me levanto,ayudándome a cargar mi vía crucis ,seco mi sudor,y me dio a beber para calmar la sed de la resignación.,para seguir caminando por las calles angostas del tiempo.

Recorrí algunos años resistiendo los fríos eneros, mendigando un poquito de compasión.
Ya,más,sosegada volví al mundo para persevera en mi lucha,aprendiendo de la practica para olvidar la teoría del pasado.
Mis conocimientos eran otros.
Compartí mi pena con aquellas mujeres que habían vivido tantas vejaciones como yo,intercambiamos proyectos y sacamos conclusiones de nuestro trayecto.
Nos entregamos comprensión,apoyo,solidaridad,y lo mejor:Amor.
Pero todas llevábamos a cuestas las secuelas de un pasado infernal.
En aquellos días me sentí libre,me pertenecía a mí y no a nadie.
Llegue a mi casa y esperaba mi hijo.lo mire y le dije:
-nunca sufriremos más.
-hasta aquí llego.tengo la capacidad de hacer muchas cosas.
Esperaremos que pasen las lunas,y nos levantaremos frescos,limpios para recibir al sol con el cuerpo y el alma,vestiremos nuestros corazones de repsol.
Mi hijo y yo fuimos al bosque para enterrar el pasado.
Liquidamos los miedos haciendo lo que queríamos y diciendo lo que pensábamos.
Sonreíamos cada mañana.
Nos perdonamos liberándonos de las criticas.
Aprendimos a valorarnos respetando a los demás
Fuimos fieles a nosotros mismos,confiando en mi intuición, en el valor y en el proceso de la vida.
Aprendimos de la belleza que nos ofrecía la madre natura.
Nos dejamos de maltratar...
Cuando volvimos a nuestra casa,nos encontramos con el monstruo,con los fantasmas,con el verdugo,cerro las puertas con llaves y nos dejo encerrados con el en nuestra casa.
Mi hijo pregunto al monstruo:
¿Dónde estabas tu,cuando quise que me leyeras un cuento?
¿Cuándo disfrutaste de mi cuerpecito,bañándome y acariciando mi pelo en tu pecho?
Y cuando estuve enfermo,¿lloraste de miedo y te pasaste las noches velando mis sueños?
Papa,¿dónde estuviste todo este tiempo desde que nací?
-sabes papa;Mi madre estuvo a mi lado dándome su cuerpo,su espíritu y su alma a manos llenas,sin dedicarse a otra cosa más que a mí.

Entonces el monstruo con esas palabras inocentes pero certeras ,se retorció de inferioridad,complejos,cobardia y bebió el trago de la condena,se relamió los labios, miró a mi hijo y a mi, sancionándonos con dos golpes de hacha en la cabeza,con gasolina y fuego,con dos tiros,con sus manos sucias nos arrebato el respirar,el sentir y el padecer...

Hoy,yacemos en un ataúd discreto donde oímos el ruido gracioso de la justicia de los hombres, quizás de otros monstruos que absuelven al asesino de inocentes y débiles ,aprovechándose de su fuerza natural y el poder,el lagrimear del infoentretenimiento de los espectadores y los comunicadores que tienen que ganarse las comodidades que el progreso les ofrecen,los pasos de todos aquellos que no abrieron sus puertas cuando seres como nosotros llamamos desesperadamente,y el grito de dolor y miedo de todas aquellas mujeres y niños que fueron y son victimas del otro generó, rasgándose sus gargantas para decir bien alto:
¡¡no podemos aguantar más...¡¡

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