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PONGAMOS EL CARTEL A LOS MONSTRUOS

Un precio alto para autoreconocerse la humillación el monstruo, que su impotencia hacia lo evidente no hizo más que ratificar su derrota con dos hachazos.
No es consuelo, sólo consecuencias irreparables en vida pero libres de espíritu, incomprendidas por esta sociedad y lamentada por las personas inmersa en el mundo de pesadillas, faltas de amor, deseos y sueños.
No es consuelo, pero ni que decir tiene que antes de llegar ese desenfado para tranquilidad del monstruo, cobarde en reconocer su derrota y fustigado en alma y condenado a su soledad, a su aberración, a su ....
No es consuelo, pero que las huellas de esos monstruos no prosigan, que se luche internamente para los que vivieron ese infierno no repitan la historia.
No es consuelo, pedir su muerte, pero que en mis manos me lo dejaran.
Es imperdonable, que los señores que pueden castigar lo incastigable sean tan ligeros en sus arbitrarias decisiones, cuando ello/as no han sido privados de ser humanos.
ANTE LA IMPOTENCIA DE NO SER POLICÍA DE TODOS LOS MALTRATOS, PONGAMOS EL CARTEL A LOS MONSTRUOS Y AISLEMOSLOS DE LA SOCIEDAD, SEÑALÉMOSLOS, NO LES DEMOS CONVERSACIÓN,COLOQUEMOSLES CARTELES, Y POR QUÉ NO, HAGAMOS QUE SE RIDICULICEN POR SUS ACTOS, PERO ANTES PROTEGAMOS A SUS VÍCTIMAS.

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